Bienvenidos - Welcome

Lejana, indómita, fría, salvaje, ventosa, inhóspita, remota, caótica...

Bella, majestuosa, mística, magnífica, misteriosa, soberbia, única, pintoresca, mágica...

Hay tantas palabras para definir este lugar... pero creo que lo mejor sería resumirlo en que es el sitio donde la naturaleza, la aventura y las leyendas se unen en este extremo del mundo...

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viernes, 26 de marzo de 2010

Fin del Mundo... USHUAIA - Relato Nº5: Valle de Lobos

USHUAIA - Del Yámana “Ooshooia”, bahía que entra hacia el oeste

A la mañana siguiente dejamos la ciudad de Ushuaia para dirigirnos a unos 19 km de ella, a uno de los centros invernales llamado "Valle de Lobos"... Un lugar con mucha nieve, entre los valles Carbajal y Tierra Mayor, cerca del cerro Redondo, rodeado de bosques de lengas... Fuimos con la idea de vivir una experiencia distinta, diferente: andar en trineos tirados por esos maravillosos perros, que son sin duda los grandes protagonistas de ese lugar, además de su dueño, de quien ya les contaré la historia...


En Valle de Lobos tienen "apenas" 70 perros huskies entre alaskanos, siberianos y malamutes. Cada perro tiene su "cucha", un tambor tan azul como la mirada de más de uno de ellos a la que sólo entran cuando llueve, porque no les gusta mojarse, aunque adoran la nieve... Son muy tranquilos, muy dóciles, y enseguida se hacen amigos de cualquiera que les dé unos mimos, aunque son bastante tercos.



Nos preparamos para subir al trineo siguiendo las instrucciones del musher, el guía, y empezamos a recorrer, aunque diría a correr por esos bosques de lengas llenos de nieve... El día estaba muy nublado, y caía intermitentemente una fría nevisca y una molesta llovizna. Menos mal que alquilamos botas y pantalones para ir allí, así pudimos a pesar de todo, disfrutar de la experiencia, de los perros, del paisaje y de lo que más nos impresionó: el silencio...




Después de andar un buen trecho, dejamos el bosque y llegamos a una pampa completamente blanca... rodeada de montañas, donde no se distinguía el cielo de las cumbres blancas. Paramos unos minutos en ese lugar completamente silencioso, jugamos con los perros, disfrutamos de ese valle maravilloso. Después de andar 7 kilómetros en trineo, volvimos al refugio, nos pusimos las raquetas de nieve y salimos a caminar bajo la nevisca y la lluvia que se estaba largando... El paisaje parecía salido de una película en blanco & negro.



Los bosques de lengas acá son diferentes de los que se pueden ver en el resto de la Patagonia, más al norte. Acá son muy finitas y crecen muy juntas unas de otras. Nos contaban que es muy poca la capa de tierra que tienen para hacer crecer sus raíces, el suelo es roca, entonces se juntan y entrecruzan sus raíces para sostenerse... por eso crecen así...



Caminamos con las raquetas unos 2 kilómetros y regresamos a la cabaña, donde entramos en calor comiendo un rico guiso montañés mientras los chicos que trabajan en el lugar nos contaron y mostraron un video con la vida de este personaje, dueño del lugar… el “Gato Curuchet”.


Su historia es bastante especial. Todo comenzó cuando a los 8 años Pedro Curuchet dibujó una cabaña con un arroyo y un árbol, cubiertos de nieve; de Tandil llegó un día a Ushuaia para recorrer sus rincones. Pensaba tomar allí un barco con destino a Alaska, pero por esas cosas del destino lo perdió. Se quedó en Ushuaia, compró un velero, hizo travesías turísticas por el canal de Beagle, cabalgatas por la cordillera hasta que empezó a construir su cabaña junto al arroyo. Conoció a la que después fue su mujer, con quien tuvo dos hijas y quien fue la que le regaló el primer perro siberiano. Y ahí comenzó su pasión por los perros de trineo y su crianza… Pero no le era fácil esa tarea, decidió ir a Alaska y lo logró; allá aprendió a armar trineos y a manejarlos, se transformó en un musher…
De regreso a Ushuaia, se dedicó a los perros y los trineos, volvió al hemisferio norte para perfeccionarse y aprendió a correr con los trineos en carreras de travesías largas… Fue el primer sudamericano en correr la Iditarod, la Carrera más difícil de la tierra, de 1800 kilómetros de recorrido, extenuante tanto para perros como para mushers. No la llegó a terminar porque se quedó con un solo perro líder (el reglamento establece que deben llegar con un mínimo de 2). Años más tarde, su sobrino logró terminar esa misma competencia.

El Gato Curuchet es uno de los precursores de la Sled Dog Challenge que se corre en Ushuaia, ayudó en varios documentales como “La aventura del hombre”, y otros para la TV francesa y española. Hoy sigue viviendo cerca de Ushuaia, en una cabaña junto a un arroyo… y rodeado de 70 perros…


Para ver más acerca de él y del centro invernal:




Un pequeño video (hecho con cámara de fotos, no es de buena calidad, pero es lo que hay...)




Algunas fotos más de este "Valle de Lobos"...








lunes, 15 de marzo de 2010

Fin del Mundo - USHUAIA Relato Nº 4 - Navegando por el Canal de Beagle

USHUAIA - Del Yámana “Ooshooia”, bahía que entra hacia el oeste


Subimos al catamarán, con algunos rayos de sol que se iban asomando... Partimos del muelle turístico y pudimos ver la ciudad de Ushuaia desde otra perspectiva. Desde el mar ibamos descubriendo los edificios emblemáticos como la Casa de Gobierno, la antigua Prisión, la Base Naval, los hoteles que están camino al Martial, el puerto...






Era maravilloso a medida que nos alejábamos de la costa como se veian las montañas con sus cumbres blanquísimas, el cielo despejándose de a poco, las nubes corriendo veloces por el viento. Nos acercamos a la Isla de los Pájaros, habitada por cormoranes y gaviotas, luego pasamos por la Isla de los Lobos, cuyos habitantes eran lobos con sus hembras y las infaltables gaviotas. Algo que me llamó mucho la atención fue ver los cormoranes queriendo volar en contra del fuerte viento... parecían flotar en el aire...





Cuando el catamarán puso rumbo hacia el Faro Les Eclaireurs, el mar pasó a agitarse bastante debido al oleaje... Les Eclaireurs es un conjunto de islotes en uno de los cuales se encuentra emplazado el faro que entró en servicio en el año 1920, y aun está en funcionamiento alimentado por paneles solares. Se lo suele confundir con el "Faro del Fin del Mundo" en el que se basó Julio Verne para su novela, pero ese en realidad es el Faro San Juan de Salvamento, ubicado en la Isla de los Estados y del que hay una réplica en escala 1:1 en el Museo del Presidio.



En medio de ese paisaje magnífico que nos rodeaba de mar y montañas nevadas, el catamarán emprendió el regreso al puerto de Ushuaia. Apenas desembarcamos nos dirigimos a la Plaza 12 de Octubre ubicada justo frente al muelle y a la Antigua Casa de Gobierno, hoy una de las sedes del Museo del Fin del Mundo. Luego de recorrer un poco mas el centro de la ciudad, buscando excursión a uno de los centro invernales, nos volvimos al hotel a descansar... Había sido un largo día, lleno de novedades, pero el cansancio de habernos levantado a las 4 de la mañana se hacía sentir!!!!






Recomendaciones:

  • Si les gusta disfrutar del silencio y fotografiar en paz, les recomiendo que usen los servicios de los barcos que llevan no más de 16 pasajeros en lugar de los catamaranes, siempre que no les moleste los sacudones de las olas del mar. El precio no varía mucho, pero se disfruta mejor. Nosotros hicimos la excursión con catamarán porque nos la habían reservado en el hotel.

  • Si van en temporada de verano hay veleros que hacen la navegación por el canal de Beagle, si se animan y el clima lo permite...

  • Algunas excursiones permiten a los pasajeros descender en las islas Bridges para hacer una caminata visitando los concheros yámanas (restos arqueológicos de valvas de moluscos, testimonio de los asentamientos humanos de la región).

Mas fotos de este paseo por el Beagle...























Navegando por el Beagle... desde el catamarán



martes, 9 de marzo de 2010

Fin del Mundo... USHUAIA - Relato Nº 3: Paseo Costero

USHUAIA - Del Yámana “Ooshooia”, bahía que entra hacia el oeste




El transfer nos dejó en la intersección de las calles Maipú y Laserre, a pasos del Muelle Turístico y del centro comercial. Las calles de la ciudad suben y bajan constantemente, al estar al pie de las montañas. Una de las cosas que me llamó la atención era la cantidad de carteles hablando del Fin del Mundo, otros indicando las distancias a diferentes sitios del planeta y que nos recuerdan lo lejos que estamos de todo y lo cerca que estamos de la Antártida...








 
Entre los comercios de la zona se destacan algunas antiguas construcciones, típicamente fueguinas, construidas en chapa y madera, muchas de ellas con la indicación de fecha de construcción y a quién perteneció ó cuál era su uso.




Luego de almorzar, nos dirigimos al Paseo Costero, a orillas del mar. A pesar del viento y de la llovizna, aunque de a ratos algún rayo de sol también se asomaba, era un placer caminar por ahí. Las aguas del Canal de Beagle se veían bastante tranquilas; las embarcaciones esperaban en el muelle la hora de la partida de las excursiones. A lo largo del Paseo se han colocado los bustos de personajes que de alguna manera están enlazados con la historia de Ushuaia.





Uno de los emblemas de la ciudad es el “Saint Christopher”, un remolcador que fue llevado a Ushuaia con la intención de reflotar el “Monte Cervantes”, un lujoso barco alemán de pasajeros que naufragó cerca del Faro Les Eclaireurs en el año 1930.


En ese entonces la ciudad tenía una población de 1000 habitantes, a los que se sumaron en esos días las 1500 personas que pudieron salvar sus vidas luego del naufragio. La única vida que se perdió fue la del capitán. Volviendo al “Saint Christopher”, llegó a la ciudad en 1953 con la misión de rescatar al Cervantes. Junto con otros tres barcos de la Armada (el “Chiriguano”, el “Guaraní” y el “Sanavirón”) consiguieron poner al Monte Cervantes en la superficie, y comenzó su traslado hacia la costa. Pero el cabo del remolque se cortó, el Cervantes se hundió y allí quedó para siempre...El Saint Christopher intentó volver a Buenos Aires pero se le rompió el timón y regresó a Ushuaia, donde quedó varado para siempre, convirtiéndose un poco en el símbolo de los barcos hundidos en esas turbulentas aguas...


 Anduvimos entre las coloridas casillas de los diferentes servicios de catamaranes y barcos que hacen la navegación por el Beagle hasta que se hizo la hora de nuestra salida...


Recomendaciones:

  • Tomarse un tiempo y caminar por el Paseo Costero, para disfrutar de algo no tan común en nuestro país como es caminar a orillas del mar con las montañas tan cerca.

Mas fotos...










Próxima entrada: Relato Nº 4 - Navegando por el Canal de Beagle...

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