Ahora vamos a seguir recorriendo el Presidio mientras les relato algunas historias más que aun quedan... Vamos a entrar en lo que se llama el Pabellón Histórico, es el sector que no se tocó desde que la carcel fue desalojada. Pasando la reja y la puerta de vidrio de la entrada (esta última no de la época, fue puesta para que el calor del museo no se vaya por este frío pabellón) nos encontramos con esta parte, la más lúgubre del presidio...
Lo primero que se siente al entrar es un escalofrío, que no pude saber si era por el frío que hacía en este lugar, por el aspecto de abandono, ó por estar viendo cómo vivian realmente en aquellas épocas acá adentro... Está muy despintado, es oscuro, las dos salamandras no funcionan y aunque funcionaran no darían el suficiente calor para todo ese largo pabellón de 2 niveles, las puertas de madera apenas tienen una mínima ventanita por la que casi es imposible ver algo...
En una de estas celdas estuvo nuestro próximo personaje: Saccomano...
Este otro preso confundió a una telefonista con una prostituta, le quiso robar la cartera y como ella se resistió la mató apretándole el cuello por atrás… Condenado al presidio de Ushuaia le dieron de los peores trabajos como el de dinamitar las rocas de las canteras. Un periodista le hizo un reportaje una vez, y en él se declaró categóricamente inocente; en círculos anarquistas decían que también lo era, que el crimen se lo adjudicaron para llevarlo a Ushuaia donde había otros anarquistas… Sinceramente no pude encontrar que fue de la vida de este hombre más allá de los que les conté...
Si se fijan en esta foto, la que está colgada de la pared es la misma que subí antes, donde Saccomano está hablando con el periodista que le hizo el reportaje...
Ahora recordaremos la historia de otro presidiario llamado Santiago Vaca, que volvió a este mismo lugar en el 2004 y nuevamente en el 2007 (con 93 años) invitado por el Museo Marítimo, para relatar su experiencia.
Fuente: http://www.museomaritimo.com/
En los años 40 cuando apenas tenía unos 20 años, se lo condenó a 5 años en el presidio de Ushuaia por haber herido a un cabo mientras hacía la conscripción en Salta, de donde era originario.
Solía tocarle como trabajo ir a cortar leña, con uno de sus compañeros lograron escapar hacia la frontera con Chile, se encontraron con uno de los indígenas que aun quedaban que los delató... los encontraron y regresaron al penal...
Algunas fotos más de este frío pabellón...
Una celda vista desde el pasillo central
Sector Lavabos
Sector de las duchas
Vista desde la planta baja hacia el 1º Piso
Pasillo central
Vista desde el 1º Piso
Patio central al que dan los pabellones
Espero que les haya sido interesante este capítulo de nuestro viaje por Ushuaia, y más específicamente por el Antiguo Presidio...
Nos vemos en la próxima entrada, y gracias a quienes siguen y comentan en este blog. GRACIAS!!!!!!!!
3 comentarios:
Cuántas historias que encierran esas paredes!! desde la distancia que impone el tiempo, parece increíble que los presidiarios pudieran sobrevivir en esas condiciones. Y tantos de ellos no siendo criminales peligrosos, sino anarquistas.
COmo siempre, un deleite tu post, Patricia!!
Muy bueno este paseo por el fin del mundo, lo leo y me da escalofrio de pensar la gente que estuvo alli presa en esas condiciones. Saludos tía Elsa.
Aledys, gracias!!! Y es cierto, hay montones de historias vividas en ese lugar, y al estar ahí uno se da cuenta de las condiciones terribles en las que vivian...
Tia Elsa, debe haber sido muy duras las condiciones de vida en ese lugar... Muchas gracias por pasar por aquí y comentar!! Besos
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